Existen
evidencias de la enfermedad desde la Antigüedad. Se han encontrado
momias del antiguo Egipto infectadas con éste parásito, así como también
huevos de Áscaris lumbricoides en coprolitos humanos en Perú que datan
aproximadamente del año 2277 a. C.
Dado
el gran tamaño de éste gusano, su existencia debe haber sido bastante
obvia, y existen muchos escritos antiguos que hacen referencia a esta
infección. El papiro Ebers, del Siglo XV a. C., comenta su existencia y su tratamiento, y tanto Hipócrates como médicos chinos, árabes y romanos escribieron en su momento al respecto.
Durante muchos años se tenía cierta confusión entre Áscaris lumbricoides y la lombriz de tierra, pero no fue sino hasta el siglo 19, cuando el médico y anatomista británico Edward
Tyson describió la anatomía comparada entre el parásito y la lombriz de
tierra. La manera de infectarse no fue muy comprendida hasta el año
1862, cuando el médico francés Casimir Davaine demostró que estaba dada por la ingestión de los huevos, trabajo que fue apoyado por el del naturalista italiano Giovanni Battista Grassi, el que ingirió experimentalmente huevos de A. lumbricoides, y posteriormente encontró huevos del mismo parásito en sus heces.
Para 1915, Stewart describió el ciclo vital del helminto, incluyendo su paso por los pulmones, en 1922, Koino en Japón ingirió experimentalmente 2000 huevos de Áscaris lumbricoides,
11 días después encontró larvas en su esputo, y días después eliminó
667 gusanos por las deposiciones al administrarse un antihelmíntico,
estableciendo el ciclo completo. (1)
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